Cerezo

Historia del cerezo

La cereza es un alimento que se conoce desde la Prehistoria. Se cree que el origen del cerezo está en Asia Menor y que pudo llegar a Europa a través de pájaros migratorios. La mayor parte de las especies de cerezo que se cultivan en la actualidad tienen su origen en una planta silvestre, Prunus avium, un frutal conocido y apreciado en la cuenca mediterránea desde la Edad Antigua y que, tanto griegos como romanos, se encargaron de difundir y extender.

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Cuidados

Plantar en lugares con buena exposición solar y resguardados del viento.
La floración del cerezo normalmente no tiene riesgo de sufrir daños por heladas, pero debemos asegurarnos.
Regar moderadamente los meses de bajas temperaturas y aumentar con la entrada en producción de frutas en los meses de abril a agosto.
Abonar en invierno con fertilizantes ricos en fósforo y ricos en nitrógeno y potasa el resto del año, si es posible de forma orgánica.
Hacer un control de plagas con productos naturales.
En primavera o inicio del verano realizar poda de formación cuando el árbol es pequeño intentando dejar 3 o 4 ramas principales. Hacer podas de limpieza quitando ramas secas y acomodarlas al tamaño que tengamos disponible cuando el árbol sea adulto.
Los frutos se deben recoger cuando estén maduros, pero no blandos.

Aspectos nutricionales

Las cerezas son una fruta altamente nutritiva, rica en vitaminas A y C, potasio y fibra dietética. Sus antioxidantes, como las antocianinas y la quercetina, ofrecen beneficios antiinflamatorios y protegen contra enfermedades